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Los ángeles no tienen alas







La Obra Social de la Caixa, la Asociación Alcalareña de Educación Especial, la empresa turística Descubre Santiponce  y La Asociación Amigos del Monasterio - Centuria Romana de Santiponce, han aunado voluntades en la mañana de hoy con, nada más y nada menos, que la única pretensión de hacer pasar un rato agradable enseñando nuestro patrimonio, a un grupo de veinticinco alumnos de educación especial con diversas disfuncionalidades psíquicas. Citados a primera hora de la mañana, el grupo recorrió las calles de nuestro pueblo disfrutando del paseo en el trenecito dispuesto para la ocasión, hasta que una vez llegados a Itálica, fueron agasajados con un desayuno preparado por voluntarios de nuestra Asociación y con la entrega individual de un pequeño detalle en forma de colgante de diosa romana.
Dentro del monumento, los compañeros de Descubre Santiponce, se encargaron de explicar tanto las características del conjunto arqueológico, como la vida y constumbres romanas, en una maravillosa convivencia enormemente enriquecedora para nuestros centuriones participantes y que no terminó hasta pasada largamente, la hora del mediodía.

Sin el más mínimo propósito de teologar, un servidor es de la opinión que el cielo está en la tierra y que los ángeles, existen y los voy a llamar, por ejemplo, personas especiales. Son esas personas que son capaces de extraer lo mejor del ser humano, mostrando al mundo la bondad, gratitud, alegría o superación ante la adversidad, que a lo largo del tiempo nos ha hecho progresar. Marina, Cristina, Manuel o Pablo, por ejemplo, nos han contado cuánto les gusta bailar, o hacer teatro, y un sinfín de actividades de una manera tan natural que hemos pensado que por qué no hacemos nosotros lo mismo. Y nos han hablado de sus cosas que al final, son las mismas que las nuestras, de sus anhelos, sus inquietudes, sus esperanzas... pero de una manera especial porque son contadas desde desde la verdad, sin engaño ni daño.
Una de estas personas especiales, nos ha cantado una saeta dedicada a la Centuria simplemente porque estaba contenta, porque se sentía libre de hacerlo. Marina, yo, al igual que tú, también quiero cantar donde sea cuando esté contento, y prometo que así lo haré porque para los que no somos especiales, no es tan fácil sentirse libre.
Yo también quiero ser especial, para poder reir como ríen las personas especiales. Mi risa no es tan espontánea ni verdadera.
Yo también quiero ser especial para poder abrazar como te abrazan las personas especiales. Mi abrazo no es tan fuerte ni honrado.
Yo también quiero ser especial para poder mirar como miran las personas especiales. Mi mirada no es tan firme ni limpia.
Yo también quiero ser especial para, en un adiós, ser capaz de dejar una huella profunda en el corazón de un emperador a través del cristal de un autobús. Mi adiós puede ser definitivo, el suyo no.

Y con la ilusión de su máquina para las camisetas conseguida, su diploma recordatorio de su visita y la huella profunda marcada en el curtido corazón de los centuriones, estos ángeles terrenales se despidieron con un emotivo "hasta luego", porque todos sabemos que volveremos a vernos.

Y mientras, y como otras tantas noches, Pablo volverá a dormirse como el querubín de la mirada y a despertar como el Emperador de la sonrisa.

A todos los padres especiales que velan de sus hijos especiales como si no hubiera un mañana.





 
















Comentarios

  1. Precioso artículo escrito sin duda desde el corazón. Dejando huella.

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  2. Vosotros tambien sois especiales...no lo dudeis, muchisimas gracias por hacer de un dia cualquiera un dia muy especial, muchos besos de un padre siempre agradecido...

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  3. Muchas gracias una vez más por este día genial que pasamos y agradeceros con lágrimas en los ojos estas líneas escritas con el corazón porque está claro que vosotros también sois especiales.
    No dudéis que volveremos
    Un abrazo enorme Centuria Romana de Santiponce y a todos los que lo hicieron posible .

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