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Mostrando entradas de septiembre 9, 2020

Ven pacá Manolito, ¿a que tú no sabes dónde hay una cabra?

El Reencuentro. No fue aquí sino en el Bellas Artes, y allá por el lejanísimo mes de febrero, la última vez que tuve ocasión de contemplar a solas las divinas maderas montañesinas. El resto es ya conocido. Nunca la más oscura de las pesadillas consiguió dibujar tan terrible devenir postrero. Hoy despierto aunque sea por un momento. Despierto a la contemplación pausada de esas imágenes, escuchando ese sonido que nunca existe del Monasterio, alumbrado por el tenue resplandor del sol curioso y tempranero y abrazado por el pesado aire de los siglos. San Isidoro y sus habitantes siguen ahí. Los que aún seguimos aquí celebramos emocionados el reencuentro. Fortaleza inexpugnable No hay fortaleza más segura que San Isidoro. Es fácilmente imaginable que el Monasterio no iba a ser presa fácil en esta contienda, más sabiendo de su carácter indómito adquirido durante siglos. Se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que el virus está siendo bastante mejor recibido en cualquiera de esos