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La fuerza se adquiere avanzando. El III Festival Romano de Santiponce en palabras de Trajano y Adriano.


Con la idea de mejorar y empezar a trabajar la edición del 2024, iniciamos una serie de entrevistas que van a servirnos para valorar este pasado III Festival Romano de Santiponce – Italica Despierta. Hoy tenemos la  enorme fortuna de contar con dos de los testigos que han podido vivirla en primera persona, nuestros Trajano Divinizado y Adriano Policromado.


Imperator Traianus, en primer lugar queremos preguntarle cómo se encuentra.

- Salve, milite. Teniendo en cuenta mis continuos dolores de media cabeza y que ya mismo se nos viene el frío, podría estar mejor pero es lo que tiene ser una estatua medio descubierta y ser un emperador divinizado. Un Dios en bolas.

Imperator Máximo, ¿qué ha podido seguir del Festival y qué opinión le merece?

- Lo he seguido mucho, casi todo. Me ha faltado ver el Taller de Orfebrería pero muchos de sus participantes han venido orgullosos a mostrarme los brazaletes realizados en La Casa de esa gran familia de artistas. Seguro que mi sobrino Adriano se los hubiera traído en su época en su proyecto de engrandecer Itálica. Aquí, donde estaban todos los mejores.


Sumo Imperator, usted con tantos frentes abiertos no tenía tiempo de acudir a representaciones teatrales, pero sabemos que ha estado informado de las visitas guiadas al Teatro de Itálica.

- Efectivamente, gracias a unos vídeos que me ha enseñado el inquieto de Mercurio. Ya sabemos cuánto le gusta ir siempre para arriba y para abajo. Creo que ha sido una fantástica oportunidad para conocer la historia de este monumento. Es más, particularmente me gustaría que no solo estuviera siempre abierto a visitas sino que también colocaran permanentemente otro yo en el Mirador para que todos, hasta yo, pudiéramos verlo en su magnitud y recordar el nombre de mi familia escrito en la orchestra. Lo mismo doy una orden para eso. Y otra para que abran el Mirador.



Magno Imperator, ¿y del resto de actividades?

- De ello será mejor que hable mi policromado sobrino que reside en Cotidiana Vitae y que ha estado disfrutando del bullicio y ajetreo de estos días.


Ilustre Adriano, en primer lugar le agradecemos que nos haya recibido con una amable sonrisa cada una de las 271 veces que hemos accedido a Cotidiana. Señal inequívoca que se lo estaba pasando en grande con el programa de actividades. 

-  No es para menos, barbudo scriptor. Nada mejor para elevar el espíritu que compartir el conocimiento para llegar a la Felicidad, la Humanidad y la Libertad. Cuánto mérito el de los enseñantes, cuánto amor al arte en sus talleres. 

No hay escritura más bella que la que empieza por una letra capital labrada en un tapiz de arcilla y alumbrada por la suave luz de una lucerna.  Y realmente, qué es la vida sino el continuo y alegre gotear de teselas de colores sobre el oscuro fondo de la existencia. Y yo, como amante de la belleza, proclamo mi amor hacia todos estos amantes. Jóvenes de contagiosa alegría, alfareras, musivarias. La Letra con amor entra. 

Para siempre en Mis Memorias.


Insuperable Adriano, ¿algún hecho más que quiera destacar?

- Por supuesto, canijo scriptor. Esta domus en la que se encuentra es muy parecida a la que tenía mi tía Plotina, y siempre reconforta volver a recordar a la familia, abrazados por el aroma que se cobija en la cocina, auténtico templo matriz de la infancia. Y recordar cómo éramos los romanos, con sus luces y sus sombras, con sus hombres malos y buenos, con sus ricos y sus pobres, con sus mujeres afortunadas e infelices, con la guerra y con la paz. Como ahora, básicamente. 


Excelso y erudito Adriano, ¿y los conferenciantes? 

- Excepcionales, brillantes. Son como magos o practicantes de brujería que te suben en la estela del tiempo y me vuelven y me devuelven. Con qué pasión se relató en una; en otra, cuanta información y belleza. En otra, cariño y elocuencia por igual. Hubo una en la que me vi correteando por entre el vetusto Templo de Augusto, dando saltos por entre las escalinatas de la Colina de los Dioses y quise edificar otra nueva Itálica. El último día comprendí que somos igualmente moros que romanos. Y que al igual que yo, se quiere tanto a Santiponce y a Itálica que algunos no pararán hasta vivir sobre ella, aunque sea acogido por una bóveda de opus caementicium de las termas menores, para que las piedras le susurren al anochecer el más desconocido de sus secretos. 


Fierisimus Imperator Traianus, volvemos a su desnuda presencia para preguntarle por cómo ha visto a su tropa. 

- No hay en la Bética milites a los que se les pueda querer más que a los míos. Algunos me asustan hasta a mí, marcialidad, disciplina, rigor histórico. ¡Larga vida, legionarios! Y a los gladiadores pacenses, también. Tanta veracidad que hasta Paulus, sobrino de quincuagésima generación, vino a decirme, vaya hostias se están dando. Pero de entre todos mis soldados me quedo con mi ejército de corazoncitos romanos y la ilusión desbordante por este mundo antiguo y extraño. Los he visto desfilar orgullosos, sabiendo que en ese juego iba impregnado el deseo de que cualquier desfile debe ser solo un juego. Y los he visto jugar, en la casa donde se aprende jugando, acogidos por las otras emperatrices a las que tanto se les debe. Tanta generosidad y entrega a cambio solo de una sonrisa. 


Enfadadísimus Imperator, seguro que algo habrá que le haya disgustado.

-Sí, además de no poder celebrar el desfile final, algunas cosas. Por ejemplo, a pesar de que el tiempo destructor me robó los ojos hace siglos, aún soy capaz de ver. Y he visto pasar a un gran número de personas, pero pocas conocidas. Igual mis paisanos ya no me quieren. Igual no me han querido nunca. Igual no van a quererme jamás. 


Plus Enfadadísimus Imperator Traianus, ¿y alguna más?

-Lo siento pero hasta aquí puedo contar. A los dioses se nos tiene prohibido hablar de política.


A todas aquellas personas que trabajan esforzadas de forma totalmente altruista con el único interés de mejorar su entorno más cercano. En este caso, el lugar en el que no solo duermen o trabajan sino que viven. A todas y todos los que me habéis visto porque yo también os he visto y sé cuánto habéis regalado al pueblo. Y a Alejandro, porque entre muchas otras cosas nos escuchamos cuando hablamos. 


Vires acquirit eundo et Labor omnia vincit.

La fuerza se adquiere avanzando y el trabajo lo conquista todo, decía el poeta Virgilio. Una tercera edición que ha mostrado músculo a base de esfuerzo e insistencia, y que en cierta medida ha servido para despejar dudas y mostrar a corto plazo el camino a seguir. 

La Asociación Amigos del Monasterio Centuria Romana de Santiponce quiere dar las gracias públicamente a todas las personas que han participado activamente en la celebración del III Festival Romano de Santiponce  Itálica Despierta. La gran mayoría de estas personas están representadas por los distintos colectivos y asociaciones que figuran en el programa de actividades y las demás tienen su nombre propio. Citarlas de forma individual conllevaría seguramente que nos olvidásemos de alguna. A todos y todas, muchas gracias por consolidar este Festival Romano y animaros a participar en la cuarta edición.


           










































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