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Belén Nazareno 2022. ¡Bravo por la música!, que nos hace...


 ... más romanos.

Edición 2022 del Belén Nazareno de la Hdad. del Rosario de Santiponce, sin mascarillas esta vez. Así, ni la ilusión ni las sonrisas tienen donde esconderse.

Gracias en primer lugar a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno por su denodado esfuerzo para que un año más este evento navideño ya consolidado, haya sido un extraordinario éxito. Y gracias especialmente a los figurantes y actores, principales protagonistas de este milagro anual que se produce en nuestro pueblo y cuyo reconocimiento más reciente ha corrido a cargo de la Asociación de Belenistas de Sevilla. 


Estreno musical imperial.

Si en la edición del año pasado la novedad de la escena de la Tabernae fue la presencia femenina, este año ha sido la ambientación musical que nos ha acompañado tanto en las rondas dentro del Belén como en las colas de la Plaza. La participación de la recién creada Sección Musical de la Centuria Romana de Santiponce, sin vanagloria ni pedantería por nuestra parte, creemos que eleva aún más el recogimiento y dramatismo habitual del conjunto de las escenas. Si a ello se le suman las improvisadas escenas teatralizadas con los malísimos romanos de por medio, la capacidad de sorpresa y asombro, aumenta. Gracias Josemi, Samu y Juan Carlos.


La taberna.

Gracias a los de siempre, especialmente a los caídos durante la preparación de la escena, Florencio y Toni, ya felizmente recuperados para la siguiente e inminente batalla que no es otra sino la de llevar la ilusión a los más pequeños.

Gracias al tabernero, a pesar de mostrar el primer día su inexperiencia y falta de visión hostelera, dejándonos sin la reparadora presencia del vino que tiene el vino. Estimado amigo Camilo: en su día la Benemérita ganó un enorme profesional, y la hostelería se ahorró un negocio ruinoso.



Las Taberneras, sus hijos y sus vecinas chismosas.

La participación en la escena por segundo año consecutivo de nuestras mujeres y niños ha vuelto a ser impecable. Muchas gracias a Chari, Tina, Alicia y Gloria, y a sus hijos y nietos por dotar de tanta credibilidad a cada composición. A la hora de servir el vino y comida, la disputa infantil por un juguete o por el flirteo con nuestros jóvenes y apuestos centuriones, todas han estado genial. Y gracias también a nuestras vecinas de escena (especialmente María Jesús y Puri) porque en su afán de mejorar aún más la ambientación, se unieron a nuestras taberneras componiendo una divertidísima secuencia en la que unas y otras se cuchicheaban al oído. (aunque más de una me mate por esto, lo tengo que decir: tantas mujeres juntas obligadas a callar tanto tiempo no podía dar otro resultado que el de terminar de esta forma...). Y a María José también, por elevar el tono teatral del escenario con lo que en definitiva es el motivo de esta celebración, la llegada del Mesías.



Centuriones.

El buen número de centuriones participantes este año ha permitido no solo no despoblar la taberna sino estar presentes en la habitual y siempre impactante matanza de los inocentes, y además poder acompañar a nuestro querido escriba Manué en la escena del censo. Muchísimas gracias a José Antonio Cobos, José Nicolás, Toni, Antonio José, Alfredo, Manuel Marchante, Manuel Cobo, Antonio Vega, y Jesús.

Y gracias especialmente a Juanjo, nuestro Centurión Presidente, por trabajar sin descanso  por y para todos, hasta el límite de la extenuación.

El cronista.

Según definición, el término cronista alude al escritor - historiador oficial de una institución  que recopila y redacta hechos de la actualidad dignos de ser recordados, que en el género literario recibe el nombre de crónica." La crónica de este Belén Nazareno seguramente no sea digna de ser recordada, pero la obligación de este "cronista" es que esta celebración no se olvide nunca. Porque nunca olvidaremos las caras de ilusión de los varios miles de niños que han visto desfilar desafiantes a los malvados romanos, ni la compasión y miedo que les daba ver como era apresado Marvin, a quien a pesar de "aporrearlo" sin piedad, tanto quiero.  Y nunca olvidaremos las gracias recibidas por el esfuerzo realizado. Y gracias por permitir a este cronista disfrutar de esta experiencia tan gratificante, pero dura y hasta cierto punto innecesaria. Porque a veces no es fácil explicar un lunes en la oficina, que la afonía que te acompaña no ha sido fruto de celebrar un finde loco lleno de excesos, sino por  vociferar al mundo entero del peligro que supone no acatar la ley de Roooomaaaaaa...












Fotos: varias aportaciones. 


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