El ser humano necesita ser amado. Aunque aún sigamos en guardia y alerta, el horizonte que ahora se nos muestra, nos ha permitido dentro de la responsabilidad necesaria, disfrutar del amor y cariño de la gente.
Esta mañana, el mustio collado rebosaba la alegría, la vida y el color de los millares de participantes y visitantes que llegados de todas la mayoría de Comunidades Autónomas, han participado y disfrutado no solo del Cross Internacional sino del Campeonato Nacional de campo a través por clubes.
La edición del Cross Internacional de Itálica 2021, ha vuelto a contar con la presencia de la Centuria Romana de Santiponce aportando la habitual imagen en meta y pódium y que tanta repercusión tanto nacional como internacional supone para la Asociación.
Agradecer siempre la acogida que tanto autoridades como organización tiene con nosotros y especialmente a la multitud, hoy más que nunca, que nos aborda con tan desmesurado cariño para llevarse la instantánea con los romanos de Santiponce.
El hecho de que la meteorología no acompañara en las horas previas, hizo que al final solo fuésemos Juanjo, Florencio, Dani y aquí un servidor, los centuriones.
No siempre damos el valor de un gesto tan necesario como una sonrisa sincera. Y si algo nos ha traído esta pandemia es aprender a leer el brillo de los ojos, ese que nunca miente, ese que no se esconde ni se enmascara. Después de mucho tiempo de espera, la Centuria ha vuelto a arroparse con la cálida luz de los ojos de la gente. Decía Unamuno que hasta una ruina puede ser una esperanza. Hoy, después de tanto dolor, esas que un día llamaron Ruinas de Itálica se han vuelto a vestir de cientos de colores de esperanza.
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