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El San Jerónimo de Montañés no es perfecto (pero a nosotros nos da igual).

La cinéfila frase "Nadie es perfecto" nos sirve como excusa para comenzar esta publicación ya que, después de mucho tiempo, nos hemos enterado que el San Jerónimo Penitente que preside el Claustro de la primera Iglesia de San Isidoro, perdió en algún momento indeterminado un par de dedos y los que tiene son falsos y con encoladuras mal realizadas. La pérdida de los dedos se produciría muy probablemente, en alguna de las salidas procesionales realizadas por el Claustro de los Muertos del Monasterio.

La puesta al servicio ciudadano de los archivos estatales, en este caso el del Instituto de Patrimonio Histórico Español, nos ha regalado el informe realizado en 1998 del estado de conservación de una de las obras maestras de Montañés. Igualmente, en dicho informe se recoge el tratamiento efectuado a la imagen para devolverle su aspecto original. De las fotos que lo acompañan, llama la atención la gran cantidad de polvo y la suciedad superficial acumulada. Como dato importante, la ausencia de xilófagos debido a que la talla está realizada en madera de cedro, no propensa al ataque de anóbidos. 

Aunque nada ni nadie sea perfecto, agradecer a los magníficos artistas restauradores su labor por querer acercarnos a la perfección y en especial a esta profesional, Isabel Poza Villacañas que aunque no tenemos el gusto de conocer, ya forma parte no solo de nuestros corazoncitos sino también, de las pequeñas historias que hacen interminable la historia de San Isidoro del Campo.

















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