Puede que no quepa, en tan poco espacio, tanta verdad, honestidad y libertad. Porque la libertad no conoce de credos murmurados y rectángulos estampados de colores con significado para unos sí, otros no. Reducir la libertad a un busto, al bronce, a la quietud, es tarea titánica: las alas de la libertad son cielo mismo, de ahí que nunca encuentren rama o estanque donde posarse. Pero esta vez, entre los ojos decididos de Casiodoro y su castellano incipiente en los márgenes de la gubia, Santiponce respira lo que lucha por ser: libre y fiel con sus vecinos ilustres.
Porque hay que acercarse a esta escultura con los ojos desnudos y la mente pura: libertad de decidir qué ser, qué pensar, qué creer, qué divulgar. Así se construye el conocimiento y se otorga conocimiento a los demás. Un conocimiento, una claridad que trascendió las fronteras locales y alcanzó España y toda Europa. De ahí su significación para este pueblo: Casiodoro y San Isidoro son una Meca de luz, una Catedral de libertad, una Sinagoga de tolerancia. Un espacio, al fin, de encuentro entre todos nosotros. Entre todos aquellos que han buscado la pureza de pensamiento sin velos y enseñas.
Integrada dentro del patrimonio monumental de Santiponce, la escultura de D. Estanislao García ya forma parte de los objetos fundamentales de nuestra Asociación, que entre otros contemplan el estudio, la difusión y la conservación del conjunto artístico. Animamos, pues a estudiar la figura de Casiodoro de Reina y resto de traductores de la Biblia, difundir su aportación a nuestra historia local y utilizar las herramientas puestas a nuestro alcance para amplificar la importancia de su legado.
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