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Música para todas las almas. Harmonia Animae 2019

Un año más, nuestra Asociación ha querido contribuir con el XXIV Ciclo de Música Antigua y Clásica de Santiponce patrocinando uno de los conciertos programados, y que en esta ocasión ha contado con la ayuda inestimable de nuestro asociado José Ángel Esteban, artista, paisano, comprometido y partícipe de las inquietudes y preocupaciones que genera nuestro patrimonio. Junto con el programa musical de la noche se ha acompañado el tradicional díptico informativo - reivindicativo que la Asociación Amigos del Monasterio - Centuria Romana de Santiponce prepara cada año y que recuerda la necesidad de difundir y proteger nuestros afamados monumentos. Con un aforo repleto en el que también ha destacado la generosidad del público asistente que ha contribuido aportando productos de higiene personal para los más necesitados, el conjunto musical Harmonia Animae nos ha regalado una nueva experiencia sensorial conjugando música y espiritualidad.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLcD4bdBS8Fu6MYG2zWZDcOcp_BIyml-qB
Como muy bien nos relatan en su díptico informativo, su intención de potenciar en el oyente ese poder trascendente de la música cobra sentido completo entre el conjunto de elementos constructivos y ornamentales del que está compuesto San Isidoro.
El programa musical recreaba de manera fielmente descriptiva los principales hitos históricos del Monasterio, y rápidamente y ya con su primera pieza llamada "De San Isidoro al Islam", el trabajo de percusión realizado por Álvaro Garrido creó el ambiente apropiado para abandonar el siglo XXI y prepararnos para un viaje musical a través del tiempo.
Mientras y bajo la cúpula sonora creada por el teclado de Abraham Martínez, el paso lento del tiempo era representado por el persistente tono grave de las notas, contrarrestado en cierta manera por la aparición del martilleo de las teclas que como si de ánimas se tratara, se deslizaban unas veces  por entre las nervaduras góticas y otras pasaban como de puntillas por el piso marmóreo.
Por último, el escenario sonoro terminó de completarse con el trabajo virtuoso de Álvaro Ambrosio al violín y de José Ángel Esteban a la viola, que fue atronadoramente reconocido con la ovación recibida tras un memorable dueto. Las cuerdas, durante todo el concierto, contribuyeron a acercar nuestro más hondo sentimiento a la historia y personajes descritos, haciéndolos más cercanos, quizás como transmisores de sus anhelos, de sus vivencias.
Agradecer el compromiso con el futuro y devenir del Monasterio de Harmonia Animae porque ese último "Canto a la esperanza", también es el nuestro y lo es porque durante toda la noche, sus gestos y algún que otro cruce de miradas con los presentes, eran cómplices.  En esta ocasión, su música ha servido para unir a todas las almas que de alguna u otra manera forman parte de San Isidoro. Almas que estuvieron, que estamos y que estarán. Alma llorosa o impasible, guerrera o conciliadora, soñadora o despierta, alma espiritual o terrenal, alma inquieta y sosegada, confiada o incomprendida, risueña o triste, almas vivas o agotadas. La música del alma siempre será música para todas las almas.




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