Esta será una luz que nunca se apagará.
El espíritu de unión ciudadana que ha estado callejeando por Santiponce en los días previos, terminó derramándose arrebatado por todo el Conjunto Arqueológico en la celebración de esta II Romanidad. La luz que guía el camino ya está encendida y antes que nada y para que no se olvide, tenemos que mantenerla viva. Vista la generosidad, dedicación y valía personal de los que han contribuido a crearla, no parece que ningún huracán consiga apagarla. Y además, es una luz que alumbra a todos, por lo que TODO el que quiera puede ayudar a mantenerla. Si la palabra luz ya es significativa, la luz de la palabra lo es aún más... palabra de honor.
Todos somos santiponceños.
Los santiponceños, acompañados por la Centuria Romana de Huelva Legio XIX, la Asociación Romanos de Ubrique (Cádiz), la Asociación Alamedida Augusta Emerita Legio XX de Mérida, el Grupo Municipal de Recreación Histórica Baebia Aruccitana y Populus de Arucci (Aroche) exhibieron orgullosos sus raíces romanas llenando de luz en dura competencia con un sol castigador las, durante tantos siglos, despobladas calles de Itálica.
La bienvenida.
No hay imagen más alentadora que la de un pequeño romanito con su espada de madera o la de una abuelita de la Residencia FOAM ataviada con su palla. La misma vivacidad en sus ojos no definen su edad a no ser que nos pongamos a contar los pliegues en sus caras. La proyección permanente del vídeo oficial del evento en el centro de recepción, la exposición fotográfica Santiponce Despierta en los pasillos del Anfiteatro y la llegada de la mayoría de los vecinos luciendo sus galas romanas con un cada vez mayor rigor histórico, dieron la bienvenida a un numeroso público visitante y un nutrido grupo de medios de comunicación ávidos de plasmar una recreación histórica romana en un escenario difícilmente igualable.
Emilio.
Bajará la tierra y bajará el dolor. Los centuriones también lloran aunque sus lágrimas se diluyan en sudor. Está todo muy reciente, Emilio. Si hay algún lugar llamado cielo, seguro que existirá una guitarra, una voz, y una montón de manos unidas recordándote. Igual ese espíritu de unión lo eres tú. Sit tibi terra levis, Emperador.
La comitiva femenina. Talleres de creación, la orfebrería, el vestuario...
Pues qué quieren que les diga que no sea lo de siempre...que en cada evento la comitiva femenina aumenta y va más hermosa y espectacular. La cantidad de detalles que presentan invitan al deleite ya que el trabajo artístico realizado en los talleres de creación nos obsequiado con réplicas auténticas y con alto rigor histórico. Lo único que no me gusta de la comitiva femenina es...que nunca puedo verla.
...y la masculina.
Agradecer el esfuerzo a todos los que no solo han acompañado a la comitiva sino que se han convertido en pieza fundamental de los actos, amenizando con sus sensacionales puestas en escena (lecticia romana, carro con bueyes, la lucha de gladiadores), y contribuyendo con sus cada vez más variados y elaborados trajes de patricios, senadores, labradores o esclavos... Una delicia y un elemento primordial y necesario de seducción.
El Teatro.
La imagen exhibida tanto en las gradas como en la escena del teatro no solo se podría definir como historicista sino como histórica con tanto santiponceño junto en tan excepcional decorado.
Las Centurias.
No es vanagloria, es obligación y responsabilidad. Un traje de centurión es lo que es y representa lo que representa. Adriano fue poeta y soldado a partes iguales. Si sale el día en que toca ser milite y hay que ir preparado para la guerra, se va. Es, en cierta medida el precio que hay que pagar por este, se entienda o no, un gran orgullo. ¡Salve, mis centuriones!
Declaración del Día de la Romanidad.
El último de los actos programados consistió en la lectura por parte de nuestro Presidente Juan José de la Declaración del Día de la Romanidad, (manifiesto preparado y pulido con P de Piluca) y que transcribimos en la serie fotográfica. (tu conciencia será siempre el peor de los enemigos-proverbio de...algún sitio será).
La Convivencia y el Trabajo.
Agradecer las muestras de cariño y admiración recibidas por parte de los invitados a la convivencia posterior. La tarea realizada por los voluntarios y por los encargados del catering, me van a permitir que la califique como ciclópea. Una generosidad desmedida en el esfuerzo particular no podía dar otro resultado que este maravilloso Despertar. ¡Salve, mis Diosas Despiertas y Ateneas!. No es difícil imaginar que a lo largo de su historia, el mundo ha sido movido a partes iguales por interesados y desinteresados, adjetivos ambos de muy amplias interpretaciones...
La culpa.
La culpa de que la imagen del pueblo de Santiponce haya salido reforzada en este fin de semana ha sido precisamente del pueblo. El impacto mediático y económico ha sido culpa del pueblo. Que todo haya salido como ha salido ha sido culpa del pueblo. Que si ha habido fallos, afortunadamente han sido del pueblo y el pueblo sabrá solucionarlos. Que me repito hasta la saciedad, lo sé pero me da igual, porque en esta historia el pueblo somos todas y todos, amarillos, verdes o coloraos.
Esta sorprendente iniciativa ciudadana, bajo la guía del movimiento global Día de la Romanidad, no se va a quedar parada. Una ciudadanía, la de Santiponce que se multiplicó para incluso conseguir un buen puñado de firmas para la declaración de Itálica Patrimonio Mundial, . El II Día de la Romanidad ya es historia.
¡¡¡BIENVENIDOS AL III DÍA DE LA ROMANIDAD!!!
Por último, no podemos dejar de dar las gracias por su colaboración económica e inestimable ayuda logística en la realización de la convivencia realizada con las Asociaciones invitadas y el resto de Asociaciones locales. A todos, muchísimas gracias.
Ayuntamiento de Santiponce - Andrés Pastor, S.L, - Bar "El Barranco" - Caisol Global, S.L. - Carnicería Andrés Silva - Danone - Farmacia D. Joaquín Vera - Farmacia Dª. María del Carmen Gargallo - Gran Venta Itálica - Hdad. Ntra. Sra. del Rosario - Horno La Parra - Obrador Itálica - Papelería Silio - Peña Taurina Flamenca Los Amigos de Santiponce - Pescadería Amparo - Publicidad Carrera, S.L - Restaurante Horno de Gregorio - Restaurante Jomapa - Restaurante La Caseta de Antonio - Restaurante Ventorrillo Canario - Roma Ferretería Industrial, S.L. - Semillería Agro García - Spar Santiponce.
Declaración del Día de la Romanidad
Muchas de las actuales naciones de Europa, norte de África y Oriente Próximo no se entienden sin el hecho de que se asientan sobre lo que fue la ecúmene romana o, más popularmente dicho, el mundo conocido de entonces. Sin ese pasado romano, tales países y tales gentes serían muy distintos o directamente ni serían. Y el Día de la Romanidad pretende festejar ese origen común de pueblos que, tras la extinción política de Roma, siguieron caminos la mayoría de las veces muy distintos. Eso es lo que definimos como Romanidad: el conjunto de naciones que en unos casos tienen su origen en lo que a nivel popular se conoce como el antiguo Imperio romano y que, en otros, son lo que son gracias a la influencia que la cultura romana ejerció sobre ellas. El mundo romano no surgió de la nada, sino que fue la culminación de un proceso de difusión cultural que tuvo como corazón el Mediterráneo. Aunque ya diversos pueblos habían estado intercambiando —por todas esas costas y durante siglos— conocimientos, productos agrícolas, manufacturas y tecnología, con Roma se alcanzó la cumbre del proceso. Roma asimiló culturas previas como el helenismo, se transformó de manera radical y, a su vez, se convirtió en difusor de esa cultura mestiza por tres continentes, llevándola mucho más allá de las riberas visitadas en tiempos por griegos y fenicios.
Eso fue la ecúmene romana: una entidad política y cultural que llegó a integrar a multitud de etnias y culturas autóctonas de lo más diversas. Con el tiempo, se dividiría en los Imperios de Oriente y Occidente. El segundo entró en un largo proceso de decadencia política que le llevó a desaparecer en el siglo V. Pero su extinción fue solo política. Durante largo tiempo, multitud de habitantes de los antiguos territorios occidentales siguieron considerándose romanos, por lo que podemos decir que la nación sentimental romana continuó existiendo durante siglos.
Y más todavía perduró la nación cultural. Subsistió en la mayor parte de esos territorios, amalgamándose o incluso asimilando a los pueblos que los habían conquistado. Fue un proceso largo que, con el tiempo, llevó al nacimiento de las diferentes naciones que ahora ocupan buena parte de Europa y el norte de África. En cuanto al Imperio de Oriente, duraría mil años más para desaparecer en el siglo XV, tras haber perdido casi todo su territorio ante el empuje de diversos invasores. Muchos de sus habitantes se islamizaron —todos en costumbres y la mayoría en religión—, pero el sustrato romano siguió ahí, influyó a su vez en los vencedores y sería a menudo protagonista en el curso seguido por esas gentes.
«Sobre la base del Imperio Romano se inició la evolución cultural de las naciones que a día de hoy integran la Romanidad»
La riqueza cultural acumulada durante siglos y la superioridad tecnológica romana hicieron que, con frecuencia, los vencedores adoptasen instituciones, legislación, técnicas e incluso la lengua romana, el latín. Y, cuando no, incorporaron a su cultura mucho de todo eso. Sobre esa base se inició la evolución cultural de las naciones que a día de hoy integran lo que llamamos la Romanidad.
En la propia Península Ibérica, los visigodos —que no llegaron como invasores sino enviados por los romanos a combatir a suevos, vándalos y alanos, y restaurar la paz— mantuvieron el orden romano. Con ellos, se prolongó dos siglos en Hispania la Antigüedad Tardía, hasta que el estado visigodo fue destruido por invasores musulmanes a comienzos del siglo VIII. Y tanto los hispanorromanos del norte como los andalusíes del sur conservaron sus rasgos culturales romanos, que fueron mezclándose con influencias norteuropeas e islámicas a lo largo de un proceso tan dilatado como lógico.
La opción del 4 de septiembre para celebrar el Día de la Romanidad hace referencia al día en el que, en el año 476, Odoacro depuso a Rómulo Augústulo y liquidó de manera formal lo poco que quedaba del Imperio de Occidente. La hemos elegido por su valor simbólico, porque ahí se acabó el Imperio de Occidente como nación política, pero no como nación cultural (en la que incluimos el Imperio de Oriente) y aún pervive en la Romanidad, de la misma forma que un abuelo lo hace en sus nietos.
En una época llena de luces gracias a los avances sociales, científicos y tecnológicos, parte de las sombras las pone un identitarismo ciego y epidémico que lleva a fabricar colectivos a partir de un rasgo de identidad —ideológico, religioso, étnico, sexual— para luego enfrentarlos al resto. A la construcción de un «nosotros» contra «los otros» basado en cualquier diferencia en el fondo secundaria. Es una razón más para celebrar lo que une a una parte considerable de la humanidad, en vez de dar importancia a lo que pudiera dividirla.
El Día de la Romanidad, por tanto, no es un ejercicio de nostalgia. Tampoco la vindicación de ningún pasado glorioso real o supuesto. Pretende festejar que gentes de tres continentes tienen raíces comunes de las que surgieron troncos muy diferentes, gracias a evoluciones sociales y políticas distintas. Celebrar que, dentro de una humanidad que es una, parte de ella cuenta con un pasado común que sobrevive en muchos rasgos culturales actuales. Eso es la Romanidad.
«La Romanidad pretende festejar que gentes de tres continentes tienen raíces comunes de las que surgieron troncos muy diferentes»
La opción del 4 de septiembre para celebrar el Día de la Romanidad hace referencia al día en el que, en el año 476, Odoacro depuso a Rómulo Augústulo y liquidó de manera formal lo poco que quedaba del Imperio de Occidente. La hemos elegido por su valor simbólico, porque ahí se acabó el Imperio de Occidente como nación política, pero no como nación cultural (en la que incluimos el Imperio de Oriente) y aún pervive en la Romanidad, de la misma forma que un abuelo lo hace en sus nietos.
En una época llena de luces gracias a los avances sociales, científicos y tecnológicos, parte de las sombras las pone un identitarismo ciego y epidémico que lleva a fabricar colectivos a partir de un rasgo de identidad —ideológico, religioso, étnico, sexual— para luego enfrentarlos al resto. A la construcción de un «nosotros» contra «los otros» basado en cualquier diferencia en el fondo secundaria. Es una razón más para celebrar lo que une a una parte considerable de la humanidad, en vez de dar importancia a lo que pudiera dividirla.
El Día de la Romanidad, por tanto, no es un ejercicio de nostalgia. Tampoco la vindicación de ningún pasado glorioso real o supuesto. Pretende festejar que gentes de tres continentes tienen raíces comunes de las que surgieron troncos muy diferentes, gracias a evoluciones sociales y políticas distintas. Celebrar que, dentro de una humanidad que es una, parte de ella cuenta con un pasado común que sobrevive en muchos rasgos culturales actuales. Eso es la Romanidad.
«La Romanidad pretende festejar que gentes de tres continentes tienen raíces comunes de las que surgieron troncos muy diferentes»
Comentarios
Publicar un comentario