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ROBO DE PAÑOS DE CERÁMICA DE ARISTA DEL SIGLO XVI EN EL CLAUSTRO DE LOS MUERTOS DEL MONASTERIO DE S. ISIDORO DEL CAMPO


En la histórica relación de avatares y sucesos acaecidos en este ave fénix de los monasterios, como cierta vez oí definir, se pueden encontrar períodos en los que fue fortaleza de poder, parte trascendental en la historia de la reforma española, partícipe del siglo de oro de nuestro arte o más recientemente épocas en las que sufrió abandonos, expolios, resurrecciones, abandonos, expolios, resurrecciones, abandonos, expolios…(podemos repetir esto varias veces). Pero ciertamente para lo que no estaba preparado este viejo cenobio era para ser protagonista de un robo que tuvo bastante parecido con una escena de Tom Cruise en Misión “Posible”.

Como estos temas escabrosos siempre suscitan la curiosidad general del público que visita el Claustro de los Muertos, nadie mejor que D. Jesús Marín García, de la Asociación Amigos de la Cerámica “Niculoso Pisano”, para explicar en este artículo publicado en el último Boletín de Noviembre editado por la Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico “Ben Baso”, qué es lo pasó, por qué pasó, cuánto pesó lo que pasó y qué va a pasar con lo que pasó.
Por último, estas palabras quizás un poco ácidas de la introducción, nunca van a ser capaces de esconder la sensación de tristeza, dolor, rabia e impotencia que supone que en pleno siglo XXI, te arranquen gran parte tu esfuerzo de la noche a la mañana.

 ROBO DE PAÑOS DE CERÁMICA DE ARISTA DEL SIGLO XVI EN EL CLAUSTRO DE LOS MUERTOS DEL MONASTERIO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO
El pasado 17 de agosto unos individuos entraron en el Monasterio de San Isidoro del Campo, en la localidad de Santiponce, burlando la vigilancia y durante más de cuatro horas estuvieron en el interior sustrayendo cuidadosamente más de 400 azulejos del siglo XVI tipo “de arista” atribuidos al taller de Niculoso Pisano.
La noticia corrió por las redacciones y por los despachos de los políticos de “guardia” no porque el hecho de que sustraer unos azulejos preocupara o interesara demasiado, sino porque los medios de comunicación señalaban que los azulejos de aristas robados habían sido realizados en el taller de Niculoso Pisano a principios del siglo XVI. Detrás de toda esta información se escondía un gran problema: el abandono del Monasterio por parte de la Consejería de Cultura; la escasa vigilancia y la carencia de un Plan de mantenimiento que evite el deterioro galopante del conjunto y proponga otros usos alternativos que garanticen su conservación.
Aunque se trate, en parte, de un edificio de propiedad privada, es la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la responsable de su mantenimiento, conservación y rehabilitación tras el Convenio firmado con los propietarios en 1989. Recortes radicales en el gasto público están afectando gravemente a la conservación de nuestro patrimonio y han propiciado el estado de precariedad del Monasterio.
El debate se cuela inmediatamente en el Parlamento y en los mentideros políticos con cruces de acusaciones y se buscan chivos expiatorios para lo ocurrido: se culpa de una vigilancia negligente y se ordena una investigación de urgencia que, a fecha de hoy, no ha arrojado luz a este robo, alevoso y con nocturnidad. Se siguen desconociendo quiénes accedieron y cuál es el paradero de las piezas sustraídas. Tras varias semanas cerrado, el Enclave Monumental de San Isidoro del Campo volvió a abrir sus puertas ampliando su horario pero con las mismas limitaciones de personal que antes, falta de recursos y de un plan de Actuación.
¿Qué se ha sustraído? Hemos querido aproximarnos a una respuesta a estos interrogantes de manera clara, didáctica y útil. Veremos:
Entre los valiosos tesoros artísticos que se conservan en su interior, concretamente en el llamado Claustro de los Muertos, se encuentran unos paños de azulejería de arista que decoran y protegen la sepultura de Luis de Riverol (1514),  comerciante genovés afincado en Sevilla y con vínculos con el Monasterio, así como en el arrimadero que protege de la humedad y de la lluvia a la Iglesia del Monasterio. Se trata de diversos paños cerámicos compuestos por piezas de diferentes diseños, algunos de los cuales ya fueron restaurados en las últimas décadas.
Concretamente, se han sustraído SEIS MODELOS DISTINTOS de azulejería de arista del siglo XVI. Esta azulejería se atribuye a Niculoso Pisano (1525), según el historiador Pedro Respaldiza, y a los hermanos Polido que trabajaban en Triana unos años después (década 1530-40), según el profesor Teodoro Falcón.
Aunque hay que ser cautos en la atribución de las piezas a cualquiera de los dos talleres ya que los diseños sí fueron utilizados por ambos, como se puede apreciar en otros conjuntos de azulejería ubicados en palacios de la ciudad y, principalmente, en conjuntos portugueses, así como en los restos localizados en las propias excavaciones llevadas a cabo en el taller de Pisano en la calle Pureza nº 44.
También podría darse el caso de que las matrices de madera de esta azulejería fueran traspasadas por Niculoso a los Polido, ya que los mismos modelos suelen aparecer en otros espacios públicos y privados sevillanos atribuidos a estos últimos ceramistas.
La mayor parte de las piezas tienen unas dimensiones de 13x13 cm, si bien se pueden apreciar ligeras diferencias que varían en milímetros. Entre ellas se encuentran ejemplos de piezas ligeramente mayores (13,5x13,5). El grosor suele ser entre 15 y 20 mm.
Nos hemos ocupado de hacer un detallado recuento de las piezas sustraídas, previamente definidas y rediseñadas para interés de la investigación y para su mejor localización en el mercado de antigüedades. El total de las piezas sustraídas (incluidas las partidas) es de 392, distribuidas de la siguiente manera por modelos y diseños.
Modelo 1: 90 piezas.
Modelo 2: 82 piezas.
Modelo 3: 80 piezas.
Modelo 4: 48 piezas.
Cenefas: 65.
Rodapiés: 27.
Cada azulejo tiene un peso de 495 a 510 gramos. Si se han desprendido con mortero adosado podría llegar a los 600g. En consecuencia, el peso total retirado está en torno a los 240 kg. Parece ser que los ladrones cargaron todo el material en sacos y lo sacaron a hombros por la parte del Claustro de la Hospedería, y de ahí pasarían a la zona no rehabilitado, lugar abandonado y con escasa vigilancia.
Se aprecia que la extracción de las piezas no se ha hecho arbitrariamente ya que se ha desechado una azulejería de 25x11 en la parte superior del contrafuerte de factura posterior y además se han desechado las hileras de medios azulejos (diseños de “a cuatro”) que completaban los paños. En consecuencia:
1.       La primera de las conclusiones a la que llegan los investigadores y que compartimos es que quienes hayan podido “encomendar el robo” han sabido elegir bien las piezas, han aconsejado cómo extraerlas sin excesivos daños y han sabido dejar sin tocar otros azulejos de data posterior y formato diferente.
2.       Quienes han procedido al robo han sido personas que sabían a lo que iban y parece que no responden al perfil de ladronzuelos. La tranquilidad con la que han trabajado (cuatro horas) revela que tenían conocimiento de los lugares en los que están colocadas las cámaras y sensores de movimiento, así como conocimiento exacto de por dónde hace guardia el vigilante nocturno. La alevosía y sangre fría para salir con los azulejos sin ser detectados apunta a que el robo fue perpetrado por profesionales.
3.       El robo no parece ir dedicado al menudeo de piezas (cada vez más cotizadas en el mercado de antigüedades), sino a alguna colección privada o a algún mercado fuera de España. El hecho de que los paños (cuatro) robados tengan unas dimensiones determinadas, en torno al metro cuadrado cada uno de ellos, parece indicar que el encargo estaba “bien ordenado”.
4.       Hasta la fecha, la Policía Autonómica y la Guardia Civil no han dado con los ladrones ni con las piezas. De ahí que consideremos importante facilitar a los medios de comunicación, al público amante de la cerámica y a cuántos lo son del arte y del patrimonio andaluz, información suficiente que pueda permitir la identificación de las piezas en cualquier lugar del mercado de las antigüedades.
5.       Sería aconsejable que parte de la azulejería destrozada, conservada celosamente por los responsables del Monasterio, sea puesta a disposición de los investigadores para que pueda ser analizada y así poderse comparar y determinar las similitudes o no de los pigmentos y arcillas que conforman estas piezas con otras cuya procedencia ya está documentada. Nos referimos a las de la Lauda Sepulcral de Íñigo López en la iglesia de Santa Ana de Triana, obra de Niculoso Pisano datada en 1503, y con los restos del Taller de Pisano en la calle Pureza, y también con la azulejería de arista en el Palacio de Las Dueñas, obra de los hermanos Polido y fechada en 1538.


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